La muerte no puede aceptarse simplemente como lo normal. No hemos sido creados para esto

Todos tenemos reacciones diferentes ante la muerte.

Algunos lloran desde que la persona amada falleció, y otros no, aunque posiblemente lo hagan después, o incluso a escondidas. Algunos entran como en una especie de shock eléctrico nervioso que los llena de energía, y hacen todo, llaman a la funeraria, realizan todos los trámites legales, llaman al pastor y también a cada uno de los familiares, amigos y hermanos de la iglesia. Incluso llaman al periódico para colocar el anuncio fúnebre, y se encargan de coordinar cada aspecto del velatorio y entierro. Pareciera que así era Marta.

Sin embargo, María había aparentemente quedado en una profunda depresión en la casa (eso no lo dice el texto, pero es una inferencia mía).

El texto también dice que mucha gente vino de Jerusalén a dar los pésames. Según algunos comentadores, Lázaro y sus hermanas podrían haber pertenecido a una familia muy próspera económicamente, por la descripción de la tumba amplia, donde se podía entrar y salir caminando.

Así como lo suponían los discípulos, también allí estarían los que querían apedrear a Jesús.

Antes de ir al diálogo de Jesús y Marta

Pienso que es importante recordar que los judíos tenían diferentes concepciones referentes a la muerte. El tema de la inmortalidad del alma es un concepto aparentemente elaborado por un filósofo griego (Platón) que tuvo como seguidor más entusiasta al cristiano Agustín de Hipona. Sabemos que los saduceos negaban la inmortalidad del alma y la resurrección, pero el resto de los judíos creía en la resurrección y que Dios daría a los muertos un nuevo cuerpo.

Diré brevemente, sin querer causar un conflicto teológico, que mi percepción personal es que es un poco arbitrario intentar hablar de un estado de los muertos en base a la parábola del rico y Lázaro (Lucas 16). Este mendigo Lázaro no es el mismo Lázaro de nuestra historia, y creo que esta parábola es simplemente una ilustración o alegoría.

Personalmente no creo en la inmortalidad del alma, si no, pienso que Lázaro, debería haber contado un montón de cosas que vivió en 4 días fuera del cuerpo.

Pero si usted prefiere creer en la inmortalidad del alma, yo no tengo ningún problema, no lo considero ninguna herejía, como tampoco pienso que nadie me puede acusar de hereje por lo que pienso.

Yo pienso que al morir partimos con Cristo, en el sentido de que estamos guardados en él hasta el momento de la resurrección. Conscientemente será como un abrir y cerrar de ojos… Cerramos los ojos al morir, y abrimos los ojos al resucitar. La vida eterna es eterna no por un espíritu eterno, sino por seres integrales y completos, que vivimos para siempre. Hoy en cuerpos corruptibles, mañana con cuerpos incorruptibles.

Un caso curioso

Hace unos días en Paraguay nació una beba prematura, muy pequeñita, y a los pocos minutos de nacer la declararon muerta, ya que estaba toda morada, y no respiraba. La madre aún estaba hospitalizada puesto que había sido un parto muy difícil. Incluso en el hospital le prepararon el acta de defunción de la niña.

El padre la llevó a la casa, y le colocaron en un pequeño ataúd.  Ya habían pasado varias horas, e incluso el pequeño cajón estaba cerrado, cuando alguien de la familia pidió verla por última vez, y fue notable que estaba moviendo la cabeza y las manitos.

La llevaron de nuevo al hospital, y vivió varios días más, aunque luego volvió a fallecer por su precario estado de salud. Algunos médicos hablaron de que la niña había tenido un cuadro de catalepsia, o algo así.

Antes de seguir la narración de Juan, estaba pensando que en África hay un grupo de artistas que se hicieron famosos, haciendo unas divertidas danzas llevando un ataúd mientras bailaban complicados pasos muy bien coordinados.

Aunque pareciera que para los africanos la muerte es una fiesta, no lo es. Son simplemente ritos externos que intentan minimizar el dolor de la pérdida, pero seguramente, los deudos, tarde o temprano también llorarán y sufrirán. La muerte no es algo que pueda aceptarse simplemente como lo normal y natural que ocurre a todos. Me ocurrirá a mí y le ocurrirá a usted, pero no hemos sido creados para esto. Hemos sido creados para vivir. Por lo tanto, la muerte es un enemigo, aunque es un enemigo vencido como lo dice 1 Corintios 15.

¿Creemos lo que confesamos?

Marta salió casi a recriminar a Jesús del porqué no había venido antes. Posiblemente ella había escuchado historias en las que Jesús sanó a la distancia; por ejemplo, al siervo del centurión; Tal vez incluso pensaba que Jesús en ciertas oportunidades supo de algo antes de que ocurriera. Marta no solo estaba tal vez enojada, sino también un poco confundida. Por el texto, pareciera que no había escuchado el caso de la hija de Jairo y el del hijo de la viuda de Naín.

Y Marta dice a Jesús: Pero yo sé que aun ahora Dios te dará todo lo que pidas (11.22)

Por el contexto, en el vs. 39, vemos que ella realmente no creía que Jesús resucitaría allí, en ese momento a Lázaro. Ella dijo “Ya debe oler mal”. Lo último que Marta pensaba era que Lázaro resucitaría ese mismo día.

Jesús dijo: Tu hermano resucitará. (11.23)

Marta respondió: Sé que resucitará en la resurrección al final de los tiempos. (11.24)

Jesús respondió: No hay que esperar al Final de los tiempos. Yo soy, ahora mismo, la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y todo el que vive creyendo en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?» (11.25-26)

Marta respondió: Sí, Maestro. Siempre he creído que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios que había de venir al mundo. (11.27)

Esta respuesta teológica de Marta es muy similar a la que Pedro dio en cierta oportunidad:

—Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? —preguntó Jesús.

—Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro.

—Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás —dijo Jesús—, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo. (Mt. 16. 15-17)

Evidentemente, Jesús quería algo más que calmar el enojo y el dolor de Marta. Aquí Jesús dirige la conversación al meollo del evangelio.

Y creo que esto es más importante que preguntarnos sobre cómo están los muertos, ahora, y si están “en el cielo o en el infierno” y qué actividades están haciendo allí. Esas especulaciones baratas son solamente para telenovelas de Hollywood.

Hoy en día a mi me parece un disparate el que haya historias dando vueltas por allí, de que TB Joshua resucitó a muertos, o incluso que el mismo TB Joshua resucitó. Pero bueno…

Lo que iba a realizar Jesús era algo muy sorprendente. Algo que sorprendería a todos y aún hoy nos sigue asombrando. Tal vez Jesús no actuará hoy como lo hizo en Betania, pero él puede revivir hoy mismo a muertos espirituales.

Tal vez estamos como Marta, frustrados, heridos, decepcionados, pero el Señor quiere hacer un milagro en nuestras vidas, cuando estamos como el valle de los huesos secos, es el mejor momento para permitir que Cristo intervenga, dándonos vida nueva, vida en plenitud.

  • Por eso mi corazón se alegra y se regocijan mis entrañas; mi cuerpo también vivirá confiado. (Sa. 16.9)

Bendiciones y ¡hasta la próxima!

  • Wolfgang A. Streich

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